En España nos gustan las tablets
Parecía que era un producto que no calaba, que con un smartphone nos bastaba... Pero las tablets han causado furor en nuestro país.
No importa si las empresas se están encargando de incorporar los nuevos dispositivos móviles en sus centros de trabajo, los trabajadores ya lo están haciendo por ellas. Es lo que se conoce como la tendencia “Bring Your Own Device”.
Las empresas no acaban de ser conscientes de las ventajas que pueden tener las tablets dentro del ámbito laboral, pero los trabajadores si se han dado cuenta y ya no dejan sus tablets en casa cuando van a trabajar, es la tendencia “Bring Your Own Device”.
Los empresarios se equivocan al ver las tablets como una distracción, en lugar de concebirlas como una herramienta más de trabajo, aunque no nos extraña este rechazo, muchos fueron los que se negaron a incorporar Internet en sus empresas y finalmente tuvieron que reconocer su error. Si estamos rodeados de tecnología, ¿qué sentido tiene negarla?
Negándola se puede conseguir el efecto contrario al deseado. Los trabajadores no dejan de utilizarla, porque les facilita el trabajo, pero utilizan sus tablets personales que están destinadas al ocio.
De esta forma, conviven en un mismo dispositivo archivos personales y documentos profesionales, juegos y aplicaciones empresariales, fotografías de la fiesta del sábado por la noche con presentaciones para reuniones de trabajo, etc. Una mala combinación que, efectivamente, puede distraer al trabajador o poner en peligro documentos confidenciales de la empresa.
El ordenador que utilizamos en el trabajo no lo sacamos fuera de la empresa, ni lo utilizamos para realizar funciones que no tienen que ver con las profesionales, ¿por qué hacerlo con la tablet?
La solución no es prohibir su uso, pues las empresas perderían todas las ventajas que pueden aportarles estos dispositivos, pero tampoco pueden obligar a un empleado, que decide utilizar su tablet personal para el beneficio de la empresa, a utilizar su dispositivo sólo con finalidades profesionales.
Por tanto, las empresas deberían proveer a sus empleados de tablets profesionales, provistas únicamente con aquellas aplicaciones que sean útiles para las tareas a desempeñar.
Se espera que la mayor parte de los centros de trabajo hayan integrado perfectamente estos dispositivos en el 2015. Las empresas que se queden atrás en esta carrera tecnología, serán fácilmente adelantadas por sus competidores. ¿Podrán correr ese riesgo?
