4.- Creativo y visionario
El emprendedor también tiene que tener una mente innovadora y creativa: ser capaz de desarrollar nuevos métodos en lugar de emplear los procedimientos típicamente establecidos. Un profesional cuya inspiración no tenga límites precisamente para idear un proyecto innovador, resolver con cierta creatividad posibles problemas o, incluso, plantear alternativas que nada tengan que ver con lo comúnmente conocido.
Otra cualidad, es la visión para los negocios, esa habilidad para detectar oportunidades que otros no pueden ver, así como la capacidad para diferenciar las verdaderas oportunidades de las simples posibilidades de negocios. Para emprender es necesario tener esa habilidad de descubrir una oportunidad donde nadie lo ha hecho.
5.- Apasionado
Un emprendedor sin pasión por lo que hace no tiene ningún sentido, tiene que entusiasmarle lo que está llevando a cabo y creer en su proyecto ya que de ello también dependerá su éxito o fracaso. Debe tener una firme apuesta y defender con pasión su idea.
Pero el rasgo más importante de un emprendedor es que aman su trabajo. Están dispuestos a hacer cualquier cantidad de horas extras con tal de que el negocio tenga éxito, porque su negocio va más allá del dinero. Ya sea que les apasione las tareas o actividades que realizan diariamente, el área o campo en el que trabajan, o simplemente el hecho de emprender o crear negocios.
6.- Estable emocionalmente, asertivo y honesto
Mostrarse seguro de sí mismo y hacérselo ver al resto, demostrando la seguridad y confianza en sí mismo, permitirá no dar rodeos y orientarse según los objetivos ya planteados.
Ser honesto con tus clientes, con tus proveedores, con tus empleados, pero sobre todo ser honesto con uno mismo, es la cualidad más importante.
La asertividad juega un rol importante, en la gestión del no. No establezcas metas y plazos que no puedas alcanzar y no te comprometas a cosas que no puedas cumplir. La mejor manera de acercar gente a tu negocio es decidir lo que tu empresa puede hacer por ellos y luego hacerlo.
7.- Flexible al cambio
Una buena actitud es vital tanto para lo bueno que vendrá, como para lo malo que aún está por venir. Motivación para trabajar independientemente, dar el primer paso, ser aventurero y estar dispuesto a emplear nuevos métodos. Aprender día a día de los aciertos y de los errores es otra de las grandes cualidades que ha de tener un buen emprendedor, transformándolos en aprendizajes.
Estar siempre atentos a lo que sucede en el mercado para detectar un cambio que podría significar una amenaza o una oportunidad, con esa flexibilidad como para aprovecharlo o hacerle frente, es toda una habilidad.
8.- Líder
Tienen la habilidad para identificar y convocar a las personas indicadas, para inspirarlas y hacer que lo sigan con entusiasmo, de forma que orientan su dirección y su motivación hacia el cumplimiento de los objetivos.
El líder de equipo será capaz de comunicar las ideas de manera brillante hasta el punto de generar motivación, así como explotar las mejores virtudes de cada uno de los que forman parte del equipo, es decir, buscar su talento. Pero eso no sólo es liderazgo, también es asumir riesgos, exponiéndose a uno mismo y a su propio negocio al fracaso.
9.- Ambicioso, en la búsqueda de monetizar su idea
Cualquier proyecto que se emprenda ha de ser ambicioso. Y quien lo lidere también. Tener claro qué queremos conseguir y cómo lo vamos a lograr, ayudará al emprendedor a ver el camino con mayor claridad.
Los emprendedores más exitosos compran y leen libros, revistas, periódicos, sitios Web y publicaciones de su industria, sabiendo que estos recursos mejorarán su entendimiento del negocio. También hacen networking con empresarios exitosos, asisten a seminarios y toman cursos. Hacen esto porque saben que el aprendizaje es continuo y nunca dejan de invertir para crecer y materializar sus ideas.
10.- Tiene visión global
Un emprendedor ha de tener una visión de negocio especial. Un olfato que le permita anticiparse al mercado para poner en marcha un negocio que realmente satisfaga las necesidades de su público objetivo.
Y en esta visión global, rodeada de reuniones, gestiones e ideas, mantener la organización es básico para la administración de un negocio. Establecer una rutina mediante la cual puedas conseguir lo mayor posible durante la jornada laboral, desarrollando sistemas y rutinas para todas tus tareas para que encajen mejor en el puzzle llamado visión global.