Hola
Desde hace poco menos de un mes disfrutaba de una nueva instalación de FTTH a 50 megas que sustituía a una ADSL por cobre a 3 Mb, que no me daba mas que fallos y cortes continuos debido a las penosas infraestructuras de mi ciudad. Aunque ciertamente los 50 MB no me hacían falta para nada, la posibilidad de instalar una nueva conexión diferente al cobre me convenció para poder evitar los problemas de conexión. Pues mi gozo en un pozo, desde el pasado jueves por la mañana, es decir, hace mas de una semana, estoy nuevamente sin internet y sin visos de solución de la avería. La incidencia consiste en que la linea sincroniza pero la navegación es tan sumamente lenta que los servidores se reinician y me imposibilita recibir-enviar correos y navegar por internet. Despues de múltiples llamadas diarias al 1002, me comunican que no pueden hacer nada porque "el test de velocidad indica que recibo los 50 megas y entonces no me pueden enviar un técnico a casa". Alucinante, tres llamadas con la misma respuesta. Al final desisto y llamo para dar de baja el servicio y entonces se movilizan y me envían un técnico a casa. Tras dos horas de estar el hombre en casa, es incapaz de encontrar la avería, a pesar de mi insistencia que el problema no estaba en mi casa, sino fuera. Al rato recibe una llamada en la que le indican que hay otras dos incidencias del mismo tipo en mi calle, por lo que se supone que es una avería en la central, una tarjeta o algo así me comentó. Y en eso estamos, todavía sin internet y sin visos de solución por el momento, lo cual para mi es desesperante porque en mi trabajo dependemos de la comunicación por ADSL. Al final no me va a quedar otra que contratar con Orange o Vodafone un acceso a internet por usb para ir tirando, y lo lamentable del caso es que he estado durante muchos años rechazando las infatigables ofertas de otras operadoras sin cesar, y en este caso va a ser la propia incompetencia de Telefónica la que provoque mi marcha.
Un saludo y perdón por el ladrillo, pero tenía que desahogarme.
PD: Por cierto, vivo en Barcelona capital, en el distrito del Guinardó, no en un pueblo perdido de la mano de Dios.
