¡Qué bien! Hoy, a día 2 de febrero de 2018, confirmo que Movistar me ha devuelto la fianza de 225€, al haber llegado a mi casa el cheque, hace unos días. Después de haberlo ingresado, por fin hoy ya se ha abonado. Sólo han pasado 3 años, 3 años de perder el tiempo miserablemente con llamadas y reclamaciones, de hacer mala sangre y que, si no es porque estáis aquí las personas que trabajáis en las redes de la comunidad Movistar, este lugar abierto a la red en donde la compañía no puede esconder sus vergüenzas, sé que todavía seguiría sin cobrar. Gracias a los que me habéis atendido bien, y si es posible que se lo transmitáis a alguien con poder de decisión en la compañía, porque me imagino que habrá alguno a quien además le interese lo que hace su compañía y el camino que coge, por favor, trasladarles esto que aquí dejo: Los clientes, con el personal, somos los activos más importantes de la empresa, de vuestra empresa, (que no es vuestra), de cualquier empresa. Sin clientes no tenéis ingresos, ni viavilidad. Nos necesitáis. Sin equipo humano que nos atienda bien y haga bien su trabajo, no tenéis nada que ofrecernos. Debéis pensar que cuando nos atiende una persona que tiene otra cultura diferente, que no ha recibido la misma educación (ni buena, ni mala, sino una similar o una diferente), que no se expresa de la misma forma, ni utiliza el mismo vocabulario, ni habla con el mismo tempo, ni le interesan los mismos detalles, por el simple hecho de que se ha establecido que hablamos el mismo idioma y que nadie se atreverá a decir esto sin ser tachado de...(escriba aquí su calificación), el cliente, o sea, nosotros, no tenemos nada que decir, o que podamos protestar. Pero, ¿saben ustedes? Ya nos hemos cansado de tener que razonar con personas que no nos atienden como necesitamos, de que no nos entiendan, de tener que aguantar a esos operadores (¡sí, nosotros, los clientes, aguantar al personal!) que nos hacen perder el tiempo miserablemente para nada. (Algunos hemos descubierto así la tecnología que te permite hablar sin tocar el teléfono, por la cantidad de horas que hemos tenido que pasar al teléfono haciendo gestiones). Nos hemos cansado de que contraten en otros países, por cuatro perras, los centros de atención de llamadas, mientras han vaciado sus plantillas de gente competente que hacía muy bien su trabajo, que cerraban sus oficinas de atención al público y/o las franquiciaban. Que externalizan y permiten que se paguen sueldos irrisorios a la gente que nos atiende, para que el personal de esos lejanos call-centers acabe siendo el mismo que el de los que aquí, que trabajan en ellos porque no tienen otro trabajo mejor que desempeñar. Para ganar más, desprecian ustedes a los hijos y nietos de los que levantaron empresas públicas y grandes infraestructuras con el dinero de todos, que permitió que sus empresas detentaran un poder económico y político alrededor de esos bienes comunes que debían gestionar. Que se llevaron ustedes por cuatro perras el imperio del oligopolio, encima de que se quitaron de en medio el (supuesto) control del Estado, que era en realidad el propietario de esos recursos y servicios. Privatización. De lo que era público. De lo que es una necesidad básica de consumo. Que esos a quienes maltratan somos todos, nosotros. Somos aquellos a los que nos despreciáis cuando planificáis esas fuerzas de trabajo puntuales que os permitirán abastar cada campaña de publicidad. Somos esos a quienes nos cuesta más que a cualquier otro país esas cosas tan básicas que en otros países no entienden, a la vez de verlo absurdo, cómo podemos pagar esto con el nivel de vida que tenemos. REcordamos que fueron poniendo todas las trabas posibles a los operadores que entraron en el mercado, que siempre tuvieron que esperar a que ustedes se dignaran en darles migajas, para poder seguir sangrándonos. Que aún hoy continúan con sus cortapisas de cacique, sin darse cuenta de que vemos todo. Les vemos, señores. Y nosotros sabemos también que tenéis comprados a los políticos, con ese perfecto sistema de pueertas giratorias. Sabemos que os habéis estado aprovechando de nuestro país, de nuestros abuelos, de nuestros padres, que el país podría funcionar mucho mejor sin su corrupto sistema, pero... ¿Sabéis qué? El tiempo huye, y vosotros sois eco de un pasado. Sabemos quiénes sois, a qué os dedicáis y cómo lo hacéis. No sólo Movistar, por supuesto. sino todos los de las empresas con ventaja sistémica. Sois una rémora incómoda y dañina. Y ahora tenemos opciones. Sí, aunque estéis ahí todavía, frenando todo lo que podáis. Pero sabéis que el tiempo huye. Por eso ya sólo contrato con empresas que tienen oficinas abiertas al público, sólo contrato con empresas que tienen trabajando a personas con las que me puedo identificar, que sé que cuando hablo saben lo que estoy queriendo decir, que cuando hablan sé lo que están diciendo y sé que dicen lo que quieren decir, y que me puedo fiar. ¡Vamos, que nos comunicamos de verdad! (Cuanto miedo para decir lo que muchos pensamos, ¿no?). Empresas con las que me identifico. No esas que gastan millonadas en decirnos cuánto nos quieren y cuánto se parecen a nosotros. Dadnos esas casas y esas vidas que ponéis en esos anuncios corporativos y tal vez hablemos, pero esas que nos enseñáis no son identificables con nosotros. Creo que vivís en otra liga. Gracias a los que pagan las facturas que cobráis, claro. Y tenemos memoria. ¡Ya te digo! Pasará mucho tiempo, varias generaciones, para que yo, o alguien de mi familia más cercana pueda hablar en voz alta de contratar algo con Movistar. Tendrá que oirse muy apagada mi voz para no molestar, por encima del volumen de la televisión, mientras estamos reunidos escuchándola, tapados con una manta, y reaccione a un anuncio de la última promoción de Movistar con alguna imprecación. Se lo aseguro. Como clientes, nos sentimos muy maltratados. No es necesario que pasemos este calvario para resolver una incidencia ajustada a derecho. Debéis alfombrar el suelo debajo de nuestros pies. Lo que ocurre es que estáis acostumbrados a pisar mullido con frecuencia gracias a que antes el público no podía elegir. Os repito que eso ha cambiado, no vaya a ser que no se hayan enterado todavía. Bueno, algunos sí. Esos a quienes contrato mis suministros y mis servicios. Que se van a ir quedando ustedes cada vez más solos. Porque aunque ahora no se lo crean todavía, torres más altas han caído. Si antes vivían del teléfono fijo... Antes. Y, ahora, sólo ahora, sí puedo marcar ese botón azul que dice: "Aceptar como solución".
... Mostrar más