También os voy a decir una cosa, todo cliente debe entonar también el mea culpa.
Y es que deberíamos valorar al operador cuando nos atiende bien. Yo he trabajado en esto y siempre he tratado de ser responsable con mi trabajo y ayudar en todo lo posible al cliente (siempre que las herramientas y las operativas me lo permitiesen).
Tenemos que reconocer todos que, cuando el operador español de hace años y de hoy en día no nos ha podido dar la solución que la compañía no quiere ofrecernos, pero aun así nos ha intentado ayudar en todo lo posible, lo hemos gritado, amenazado, humillado. Os puedo asegurar que este trabajo quema mucho, y lo hemos pagado con muchos españoles. Antes de comenzar la crisis, pocos eran los que querían pasar por este tipo de trabajos, por culpa de los clientes que no han sabido valorar el buen trabajo y que llaman a las compañías telefónicas para desahogarse y despotricar cuando tenían un mal día de trabajo o con la familia. ¿Quién se ha comido esas broncas absurdas sin sentido? Los teleoperadores.
Moraleja: Los abusos no son buenos. El que siembra, recoge.
Y ahora están recogiendo las dos partes: los clientes que han abusado de la buena fe de los teleoperadores españoles y las compañías veteranas que pierden clientes que importan en Yoigo.