Android y iOS son los líderes indiscutibles del mercado, pero ¿están condenados a desaparecer o a verse relegados a un segundo plano por nuevos sistemas operativos?
Si todo tiene un final, ¿podemos pensar que estos sistemas operativos no durarán para siempre? Y de ser así, ¿qué podría acabar con ellos?
Un estudio realizado por Strategy Analytic, especialistas en análisis de mercado, se ha hecho estas preguntas, y ha intentado predecir qué pasará con Android y iOS, basándose en lo que ya ocurrió con otros sistemas operativos.
El estudio parte de la idea de que un sistema operativo tiene una vida útil de 10 años de desarrollo. Y así parecen demostrarlo el final de Windows Mobile y Palm, y la precaria situación que atraviesan Symbian y Blackberry.
Según el gráfico desarrollado en el estudio, todos estos sistemas operativos, experimentaron un acentuado crecimiento, para después ir cayendo poco a poco, hasta desaparecer o estabilizarse en una cuota de mercado muy baja.
Sin embargo, este no parece haber sido el patrón de crecimiento de Android y iOS, con una pendiente muy marcada, aunque más en el caso de Android, que no parece haber experimentado ningún decrecimiento.
Por tanto, los resultados no le sirvan a Stategy Analytic para justificar su premisa. De hecho, Android y iOS, no parecen tener comparación con los otros sistemas operativos analizados.
Empecemos por Android. Es el primer SO multifabricante y multiplataforma que ha conseguido hacerse un hueco en el mercado. Esto que para muchos puede ser un inconveniente, también le permite adaptarse a un mayor número de fabricantes, diversificando su mercado. Con ello, Android no depende tanto de los gustos fluctuantes de los usuarios o de la buena marcha de un determinado fabricante, y puede llegar a un mayor número de clientes.
En cuanto a iOS, no cumple con este componente multiplataforma de Android, pero tiene algo que no se debe pasar por alto: está respaldado por una marca que levanta pasiones allá donde vaya.
Por supuesto no es el único factor determinante, si Apple tiene tanto éxito es precisamente porque une una innovación contante con un diseño atractivo, pero también es cierto que su estrategia siempre ha sido fomentar su imagen de marca, como medio para crear un valor añadido a todos sus productos, y lograr seguidores acérrimos. No en vano se dice que quién prueba un Apple, ya nunca quiere otra cosa.
Además, hay otros factores que contribuyen a que la situación de estos dos sistemas operativos sea muy distinta a la de sus fallidos predecesores.
En primer lugar, la competencia, por el momento, es menor que hace unos años. Esto es así, porque han sido pocos los sistemas que han sabido adaptarse a las necesidades de una clientela cada vez más exigente. De hecho, hoy por hoy, se puede decir que no hay ningún SO capaz de hacer sombra a Android y iOS.
Otro aspecto a tener en cuenta es que estos dos SO no se han quedado estancados en la telefonía móvil. Los sistemas de Google y Apple han sabido adaptarse a la perfección a un entorno cambiante, extendido su influencia a tablets, PCs, portátiles, netbook o incluso a cámaras de fotos y televisiones. Y esta sea, seguramente, la clave de por qué no han sucumbido donde sí lo hicieron otros.
Con esto, no estamos concluyendo que estos dos gigantes nunca vayan a perder su poder, o a verse superados por otros sistemas operativos. No parece que esto vaya a ocurrir en un futuro muy cercano, si todo se mantiene como hasta ahora, pero no nos resulta difícil de imaginar que este panorama pueda cambiar en unos años.
O podría ocurrir que, de repente, los usuarios dejarán de usar estas tecnologías, aunque teniendo en cuenta que se han convertido en una parte más de nuestra vida, parece bastante improbable que esto pueda ocurrir. Pero lo importante es que nada es inmutable, y aunque el final de estos dos sistemas operativos parezca muy lejano, mañana podríamos levantarnos y ver que esto ha cambiado. Y por otra parte, tampoco estaría mal que entrará en juego un nuevo sistema operativo que empujará al resto a buscar una mayor innovación para no quedar atrás.
Pero de momento es difícil hacer predicciones, y sólo cabe esperar a ver que nos depara el futuro.
¿Crees que estos sistemas acabarán desapareciendo?