Hola, me ha pasado recientemente lo mismo que a ti. Cambié mi tarifa plana iphone en la que la velocidad desconozco cual era, pero durante todo el mes era "constante" o por lo menos el descenso no era tan acusado, por esta nueva y "fantástica" tarifa en la que entre otras ventajas tenías los sms gratis y la velocidad de internet no se modificaba (palabras de la operadora, aunque quizás sin tanto adorno). Ahora, ya un poco tarde, reflexiono sobre lo sucedido, (después de llamar varias veces al 1004 y exponerme que no se puede volver a la tarifa anterior porque es "anticuada") me doy cuenta de que quizás esto nos pasa por creer y confiar en la palabra de las personas. Quizás aún hoy en día, confiamos cuando un profesional de una multinacional nos comenta un servicio y nos aporta una información, y confiamos en que sus palabras son ciertas. Nos ilusionamos cuando nos expone el nuevo servicio y sus ventajas, pensamos lo que esta ventaja nos aporta, pero dudamos sobre sus prestaciones y preguntamos, volvemos a preguntar y por desgracia, ese profesional nos responde lo que queremos escuchar, sea o no sea verdad (y esto es lo que verdaderamente me da miedo). Ahora tengo miedo de no poder volver a creer en la palabra de un profesional de una multinacional como es movistar, me da miedo de que la información que me trasmita esa persona que llame, no sea verdadera y lo único que quiera sea vender un producto para obtener mayores primar o comisiones. Me siento triste porque yo quizás ya no pueda volver a confiar en la palabra de esa persona que llama, y aúnque parezca simplista mi afirmación, me siento triste porque quizás esos valores de respeto y confianza que hasta el momento creía que existían por parte de las grandes empresas con profesionales a su servicio, veo que desaparecen en esta sociedad en la que parece ser que todos nos sumamos al cambio generacional del todo vale para vender un producto. Querida amiga @comogritareneldesierto, lo único que podemos hacer tú, yo y las demás personas que se sientan como nosotros, es simplemente darnos cuenta de que las palabras se las lleva el viento y que ante un profesional que vende un producto, por encima de la verdad, está el incentivo económico de la venta de ese producto. un saludo y espero que mi reflexión no ofenda a nadie, simplemente prefiero pensar en voz alta para que las penas compartidas sean menos penas.
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