El 1 de marzo de 1504, Cristóbal Colón, durante su cuarto y último viaje predijo un eclipse lunar total con la intención de intimidar a los habitantes de Jamaica y conseguir provisiones, advirtiéndoles: “El Dios que me protege los castigará... Esta misma noche la Luna cambiará de color y perderá su luz, en testimonio de los males que les serán enviados desde los cielos”. El truco funcionó y los indígenas asustados, cedieron y proporcionaron alimentos nuevamente a Colón y a su tripulación. Nunca es recomendable ejercer de profeta, salvo que tengas la prudencia de estar muerto llegada la fecha de tu predicción, tengas previsto marcharte para no volver o guardes un as en la manga tal y como hizo Colón, quien se basó en el Almanaque del matemático, astrónomo e historiador judeoespañol Abraham Zacuto. Basándome en la última de estas premisas y salvando las distancias con el bueno de Cristóbal, creo que estoy en disposición de predecir cómo será la movilidad en nuestras ciudades en el año 2030. Será eléctrica o no será Sé que hablar de movilidad eléctrica cada día se parece más a hablar de política, fútbol o religión. Digamos que podríamos equiparar a los Petrolhead con los partidarios de la tortilla sin cebolla y a los Electrofans con los cebollistas, yo formo parte de este segundo grupo en ambos asuntos. Dentro del ámbito de los usuarios de vehículos eléctricos manejamos la máxima: “Existen dos tipos de conductores, los que ya tienen un coche eléctrico y los que lo tendrán”. Evidentemente, soy consciente de los argumentos actuales contra el vehículo eléctrico, sin embargo, este no es el tema de este post. Será autónoma gracias a que será eléctrica Efectivamente, la movilidad será autónoma. Ya sé que os puede parece ciencia ficción, pero os pongo un ejemplo, solo en la ciudad china de Wuhan existen a fecha actual, agosto de 2024, más de 100 taxis autónomos, un tren autónomo y cientos de drones y pequeños vehículos de reparto igualmente autónomos. No hace falta que nos vayamos a llamativas y mediáticas pruebas en San Francisco y otras ciudades de Estados Unidos, China es la potencia en este terreno y está implementando esta tecnología sin hacer apenas ruido. La circulación en China es mucho más anárquica que en Europa, las bicicletas ya han sido sustituidas por ciclomotores eléctricos y éstos circulan por miles, por aceras, arcenes y sin respetar la mayoría de las normas de tráfico, lo mismo sucede con los automóviles y sin embargo, esto no representa un problema para los vehículos autónomos, ellos sí que respetan las normas y se cercioran que pueden realizar una maniobra antes de hacerla, no pierden la paciencia, no tienen un mal día, simplemente van del punto A al punto B. Pero como sé que no me creéis, podéis ver este vídeo en donde el streamer español Jabiertzo recorre la ciudad de Wuhan en un taxi autónomo https://www.twitch.tv/videos/2187185763 El transporte autónomo es más económico y eficiente que el tripulado, los taxis son más baratos y los paquetes llegan antes. Estos cambios también son perjudiciales para otros, sin ir más lejos, los taxistas de Wuhan no están muy contentos con este tema, sin embargo, de momento, se ha cerrado a la circulación de estos nuevos vehículos el centro de la ciudad, ya que se considera que tiene un tránsito mucho más caótico que el de las carreteras de circunvalación y el de los barrios de Wuhan. Tu coche será tu chofer En mi familia somos tres con carné de conducir y tenemos un único coche que debemos compartir. Un día normal implica que yo vaya a trabajar, busque aparcamiento, a media mañana tengo que volver a casa, recoger a mi mujer y llevarla a su trabajo, luego vuelvo al mío, de nuevo busco aparcamiento, a esa hora ya está complicado, de manera que doy varias vueltas y en ocasiones lo dejo en un parking próximo. Después, al terminar mi jornada laboral, recojo a mi mujer y volvemos a casa. Por la tarde sucede algo parecido, per en esta ocasión debemos coordinar nuestros horarios y el uso de coche también con nuestro hijo, eso implica en ocasiones a renunciar y adaptarse. Pero sé que pronto nuestro coche me llevará al trabajo, volverá al garaje de nuestra casa y esperará a llevar a mi mujer, después de nuevo al garaje. A media tarde saldrá a recogernos a ambos y nos llevará a casa. Mientras tanto, nuestro hijo también lo habrá podido utilizar. Es más, podríamos compartir nuestro coche, para que fuesen otros quienes lo utilizasen y con ello obtendríamos un beneficio. La conclusión, es que en estas condiciones no necesitaríamos un coche propio, con pagar una suscripción mensual, dispondríamos siempre de un vehículo que nos llevase cómodamente, quedando las calles para los peatones y el transporte público una vez liberadas de miles de coches aparcados y de la doble fila. Esta es mi profecía para el año 2030 ¿Os parece si recuperamos este post entonces?
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