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Yo ya uso 10G ¿y tú?
20-12-2014

"Ney", un pequeño cuento de Navidad (Parte I)

Esta pequeña "historía" comenzó hace 4 años y 3 meses. Ciudad, A Coruña; Lugar, en una de sus Plazas del Centro, en el entorno donde está situado su Mercado de Abastos más importante. Exactamente en uno de los locales Comerciales que ocupan uno de los Bajos exteriores:  Floristería Armonía, Plaza de Lugo, A Coruña

 

 

Fuente: Javier Becerra “La Voz de Galicia” | A Coruña 19 de septiembre de 2010

 

  

«Ney», el mariscal de la plaza de Lugo

 

 

El golden retriever que pasa el día ante la floristería de Marisol Paz se ha ganado el corazón de los coruñeses, hasta el punto de que ya se proyecta erigirle una estatua

 

Resulta difícil pasar por la zona peatonal de la plaza de Lugo y no fijarse en él. Grande, con pelo blanco y rostro bonachón, Ney guarda sitio fijo en la puerta de la floristería Armonía. Desde allí lo controla todo, como Michael Ney, el mariscal francés que nombró Napoleón, del que toma su nombre. A diferencia del militar, el perro es dócil y de paciencia infinita y se deja querer por las decenas y decenas de personas que, día a día, no se resisten a pasar la palma de la mano por la nuca del animal en forma de caricia.

 

«Siempre fue un perro muy social, aunque de pequeño era algo travieso, pero resulta encantador y se hace querer mucho. Todos los días viene un montón de gente a verlo y a él le encanta», dice Marisol Paz, su dueña. Madre del músico Jacobo Paz, regenta la floristería Armonía en los bajos del mercado y, diariamente, lleva a Ney con ella. La paciencia se comparte: «A mí me gusta que esté aquí y que venga la gente. Los que más se emocionan son los niños. Les piden a los padres que los traigan aquí, es como su parada inexcusable. A veces puedes ver a 7 u 8 niños subidos encima de él».

 

La cosa llega a límites curiosos. Marisol lo explica: «Esta mañana una amiga mía llegó a la tienda riéndose. Venía del Hospital “Abente y Lago”. Me dijo que había visto a una mujer que le estaba dando la merienda a su hija y le decía: 'Si comes todo, te llevo a ver a Ney'». Otro caso resulta igual de sorprendente: «Ahora tenemos una niña que viene todos los días a tomar el biberón al lado del perro».

 

Pero, sin duda, la historia más tierna la protagonizó hace ya unos años un vecino de la zona que padecía alzhéimer. «Era un señor que tenía unos 90 años y había perdido la memoria casi totalmente. Decía 'perro, perro' y tenía que venir todos los días a la tienda -recuerda Marisol- Los hijos lo traían, Ney se acercaba a él y dejaba que le acariciase. El señor entonces sonreía. Era el único momento del día que lo hacía. La familia le colocó una foto de Ney en su habitación. Está claro que es un perro muy especial».

 

Pero no todo resulta perfecto en el mundo de Ney. «Lo malo es que come mucho», explica su dueña. Y, claro, esa voracidad insaciable incluye la merienda de sus amiguitos: «A algunos niños le roba los bocadillos -dice riéndose-. Va muy despacito y se lo coge por detrás. Ney ve a un niño y ya piensa inmediatamente en comida. Y ve a las mamás dándole el yogur y se pone a la cola para que le den a él también».

 

¿El «Hachiko» coruñés?

 

Marisol Paz afirma que Ney es «toda una institución en el mercado». La devoción de los trabajadores de la plaza y los vecinos llega a tal punto que planean hacerle un monumento. «Sí, comentan que sería bueno ponerle una estatua aquí delante -expone Marisol señalando frente a su tienda-para cuando no esté, siempre que nos deje el Ayuntamiento el espacio. Ahora tiene nueve años muy bien llevados, pero estos perros duran poco», admite resignada. «Bueno, pueden llegar a los 13 o 14», puntualiza uno de sus clientes.

 

De este modo, de cumplirse esos deseos, Ney pasaría a tener una estatua como la de Hachiko en Tokio. En ella se homenajea a un perro que, durante años, acudió al punto de encuentro con su dueño después de que este hubiera fallecido. Erigida en 1934 se fundió en la II Guerra Mundial para la fabricación de bombas, aunque luego en 1947 se volvió a levantar. Hoy en día es el punto de encuentro más famoso de la capital nipona.

 

 

«Ney», el mariscal de la plaza de Lugo

3 Respuestas

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    Yo ya uso 10G ¿y tú?
    05-11-2015

    Fuente: Javier Becerra (La Voz de Galicia) |A Coruña, 05 de noviembre de 2015. Actualizado a las 17:52 h.

     

     

    «Ney» sigue en la memoria un año después de su muerte

     

    Los vecinos recuerdan al perro que tiene una estatua en la plaza de Lugo

     

     

    Foto: Paco Rodríguez

     

    Ayer se cumplía un año de la muerte de Ney, el famoso perro de la plaza de Lugo. A su estatua, levantada en el lugar en el que solía corretear, se acercaron muchos de los vecinos que lo conocieron en vida y fomentaron el monumento. Algunos incluso dejaron flores. Su dueña, Marisol Paz, agradecía el cariño junto a Coco, el perro que vive ahora con ella. No viene a ocupar su puesto, por supuesto, pero desprende una alegría similar.

     

    “Ney”, el mariscal de la plaza de Lugo, era un precioso golden retriever bonachón y cariñoso. Se ganó desde pequeño el cariño de los vecinos. El sentimiento creció año a año. Decenas de niños acudían todos los días a verlo, algunos incluso de barrios lejanos. Atraídos siempre por su particular encanto. En algunos casos la relación con sus admiradores dejó escenas conmovedoras. Un vecino, enfermo de alzhéimer había perdido la memoria a sus 90 años. Lo visitaba a diario. Lo llevaba su familia. Al verlo, el perro se ponía a su lado. Se dejaba acariciar por el lomo. Era el único momento del día en el que el hombre sonreía diciendo: «¡Perro, perro!». Cuando la enfermedad empeoró y no podía salir de casa, sus hijos hicieron fotos de “Ney” y las colocaron en su habitación.

     

    Es por este tipo de anécdotas que entre los admiradores de “Ney” se creó necesidad de hacer algo por él. Uno dijo que ese perro se merecía una estatua. Otro contestó ¿y por qué no? Y mientras crecía y crecía la fama, un par de vecinas se pusieron manos a la obra, pidiendo permiso al Ayuntamiento para levantarla y haciendo una colecta para recaudar fondos. Se pretendía que el monumento se levantase en vida, pero no dio tiempo.

     

    Pocos días después de su muerte, una persona se presentó en la floristería de Marisol Paz, su dueña. Dijo que venía en nombre de un matrimonio que se había reblandecido por la historia. Querían asumir el coste total de la estatua, 12.000 euros. Solo ponían una condición: el anonimato.

     

    Así fue como el escultor Miguel Couto se puso manos a la obra. Nunca se supo quiénes habían dado el dinero. Pero el 2015 empezó con "Ney" en la que fue su plaza. Los niños se abrazan a esa estatua, dándole eternidad a un animal tremendamente especial.

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    Yo ya uso 10G ¿y tú?
    20-12-2014

    Fuente: Maruja Campoviejo “La Voz de Galicia” | A Coruña  19 de diciembre de 2014  05:00

     

     

    Cuatro años y tres meses después de la fecha anterior...

     

    «Ney» ya tiene estatua en la plaza de Lugo

     

    Ney El Mariscal de la Plaza de Lugo .jpg

    Fotografía: Marcos Míguez ("La Voz de Galicia"")

     

    «Ney», el perro que por derecho propio se convirtió en embajador de la plaza de Lugo, vuelve a estar presente en el paisaje de la ciudad tras la inauguración en la tarde de ayer de su reivindicada estatua.

     

    La obra del escultor Miguel Couto ya se levanta sobre la que fue la casa de este vecino ilustre hasta su muerte, el pasado 4 de noviembre. Más concretamente, Ney permanece ahora sentado, tranquilo como siempre estuvo, al lado de la bajada peatonal al párking subterráneo. Solo le falta aquel cartel que rogaba que no se le diese comer, que solía llevar colgado al cuello.

     

    La dueña de Ney, Marisol Paz, recibía ayer visiblemente emocionada las felicitaciones de todos los que en alguna ocasión acariciaron el lomo del perro. Rodeada por numerosas personas que quisieron rendir tributo a Ney, muchos de ellos niños, Marisol descubrió la estatua en compañía de su hijo, el músico Jacobo Paz; el alcalde, Carlos Negreira, y un buen número de concejales que acudieron a la cita.

     

    La estatua fue costeada por un matrimonio que solicitó que no trascendiese su identidad, después de haber intentado conseguir los fondos necesarios a través de crowdfunding.

     

    La iniciativa, que gozó siempre del apoyo de los vecinos, encontró también amparo en el Ayuntamiento, que se rindió ante la demanda popular a la hora de ceder el espacio necesario para que se levantase este monumento, de unos 90 centímetros de altura, elaborado en bronce.

     

    Los niños, por fin, pueden volver a acariciar a aquel perro que tiene el título oficioso de mascota predilecta de la ciudad.

     

     

    ¡¡Feliz Navidad!! :smileyhappy::heart::heart: