Mi primer móvil fue el Nokia 3330, aún recuerdo la infinidad de momentos que pasé jugando al Snake, picado con los colegas, o descargando tonos (y los enfados de mi padre al ver la factura por los mensajes premium).
Siempre recordaré el día en el que ese maravilloso móvil demostró ser prácticamente indestructible. Jugando en verano, cerca de la piscina, mientras corría se me escapó el movíl, que salió disparado pasando por unos charcos cerca del bordillo de la piscina. "Muerto", pensé. Al ir a recogerlo comprobé que seguía funcionando perfectamente y que lo único que tenía era un pequeño arañazo en la parte trasera.
¿Cuántos móviles de hoy en día podrían pasar por lo mismo y seguir vivos? Yo diría que casi ninguno...
