Hexa-X: el proyecto europeo de 6G permitirá construir un gemelo virtual del mundo real.
Europa quiere tener un papel protagonista en el desarrollo del 6G. Por eso sus mejores empresas y universidades están trabajando de forma coordinada en un proyecto puntero, el Hexa-X
El gemelo digital nace de los procesos industriales y empresariales, donde ya se está usando. Trata de replicar perfectamente objetos, máquinas y humanos en forma de avatares.
Mientras que el usuario empieza a familiarizarse con la tecnología 5G, las grandes empresas e instituciones de Europa ya están sentando las bases del siguiente salto generacional. El 6G promete cambiar el mundo en formas que, por ahora, solo son posibles en nuestra imaginación.
Hexa-X es el proyecto insignia de Europa en la investigación de este campo. Entre los participantes se encuentran las empresas más punteras del sector de la comunicación: Ericsson, Nokia, Telefónica, Orange, Siemens, Telecom Italia… También involucra a investigadores académicos de centros de referencia, como la Universidad Carlos III de Madrid, la de Aalto de Finlandia, el Politécnico de Pisa o el de Turín.
“El objetivo de Hexa-X es desarrollar una visión de los futuros sistemas 6G y poner en marcha habilitadores tecnológicos clave para conectar los mundos humano, físico y digital”, explica Vicente. Y hacerlo de forma coordinada en todo el continente.
Aunque Europa sufrió algunos retrasos en el despliegue del 5G, en estos momentos, la industria europea es líder en esta tecnología. Y de cara al salto tecnológico que supondrá el 6G, estaremos mucho más preparados, porque contaremos desde el inicio con una posición común y una estrategia compartida por todos los Estados miembros. Esa es una de las principales metas de Hexa-X.
Una copia del mundo físico en el virtual
El 6G supondrá una conexión mucho más rica y compleja que la vista hasta ahora. Se podrán crear copias del mundo físico en el virtual. Son los llamados gemelos digitales. Esta tecnología ya está siendo usada con el 5G en el ámbito industrial: “permiten predecir y actuar sobre lo que está ocurriendo en el mundo real, aplicando y probando soluciones en un entorno virtual”, señala Bernardos Cano. Un caso práctico, por ejemplo, es el que se da en el Puerto de Livorno, Italia, donde Ericsson ha implementado ya un gemelo digital. “Gracias a la información recogida en tiempo real por sensores inteligentes, cámaras y vehículos, se puede generar un sistema de control de operaciones basado en IA con el que determinar las tareas y actividades logísticas”, señala Vicente. Gracias a las pruebas que se realizan en el puerto virtual, el puerto real ha mejorado su eficiencia y reducido su coste energético.
El 6G permitirá crear estos gemelos a mayor escala y complejidad, traduciendo ciudades enteras (con su flujo de tráfico, de personas, sus sistemas hidráulicos, eléctricos…) a un entorno virtual. No se trata exactamente del metaverso. Este mundo digital, aún en construcción, bebe de ideas de la ciencia ficción (como la novela Snow Crash de Neal Stephenson o Ready Player One, de Ernest Cline) y está siendo proyectado por grandes empresas más centradas en el ocio, como Meta, Epic Games o Microsoft. La idea es más similar a la de un videojuego inmersivo.
El gemelo digital, por contra, es un concepto que nace de los procesos industriales y empresariales, donde ya se está usando. Trata de replicar perfectamente objetos, máquinas y humanos en forma de avatares. Supone una complejidad mayor, pues no se trata de dibujar un escenario hueco, un trampantojo de realidad, como si fuera un videojuego. Aquí se tiene que representar la realidad con todos los datos que encierra más allá de su carcasa para plantear escenarios posibles y ver cómo reacciona este gemelo digital.
Un avatar del metaverso nos puede servir para realizar una videollamada en la que no queremos enseñar nuestra cara real en la pantalla. Un gemelo digital serviría, por ejemplo, para analizar cómo podría reaccionar nuestro cuerpo a una operación. Es menos vistoso, pero mucho más útil y complejo.
No será el único avance que permitirá la conexión 6G. Bernardos Cano destaca la telepresencia y las comunicaciones holográficas. Vicente añade el internet de los sentidos (donde la información no solo será visual y sonora) y la normalización de un neologismo: los cobots. “En la era de la automatización y la robotización, la forma en la que los humanos trabajan junto con los robots es cada vez más importante. Los cobots industriales o robots colaborativos están diseñados para poder cooperar con los humanos de una manera inteligente y segura, y están llamados a convertirse en una parte clave de la industria 4.0.”
Los robots colaborativos serán capaces de monitorear el escenario y coexistir en la misma cadena de producción junto con humanos sin sacrificar la seguridad.
En la actualidad, las actividades de robótica están estrictamente separadas de aquellas que realizan las personas. Esto se hace, entre otras cosas, para garantizar la seguridad de los trabajadores. Pero los robots colaborativos serán capaces de monitorear el escenario y coexistir en la misma cadena de producción junto con humanos sin sacrificar la seguridad. Para hacerlo necesitarán de una ingente cantidad de datos, algo que será posible solo con la conectividad del futuro.
Estos son solo algunos de los escenarios en los que están trabajando las empresas más punteras y los centros de investigación con más renombre de Europa. El 6G posibilitará nuevos horizontes que transformarán radicalmente cómo trabajamos, nos relacionamos y vivimos. Es importante crear las bases sobre la que se asentará esta tecnología. El proyecto Hexa-X asegurará a Europa un papel activo en este cometido.