Tal como la propia compañía había advertido, la inversión en el despliegue de la fibra óptica por el territorio español sufrirá un recorte del 35% con relación a los planes anunciados el año pasado.
La pugna del operador con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia -que la obliga a compartir sus redes con otras compañías de la competencia-, se aprieta un poco más y abre un panorama de confrontación entre ambos que, para destrabarse, posiblemente requerirá de la intervención de las más altas esferas gubernamentales.
En términos de población afectada por el recorte, se estima que unos 2 millones de hogares no recibirán el nuevo servicio, de modo que durante el presente año las conexiones apenas superarán los 3,5 millones.
Durante el año pasado, la fibra óptica fue el principal soporte del crecimiento de la banda ancha, que rozó los 13 millones de líneas, con un crecimiento interanual de casi el 6%.