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Entiendo que desde el 3 de julio no habeis sido de ayuda con mis averías mal diagnosticadas ni con mis reclamaciones.
Solo habéis respondido a un tercio de mi reclamación y habeis cerrado/despachado mi reclamación devolviendo excludivamente MI DINERO.
Una buena atención al cliente no debe basarse exclusivamente en respuestas educadas y frías, sin dar solución alguna al cliente, haciéndole sentir solo e impotente con vuestras actuaciones.
No me valen solo las palabras, me valen los hechos y disponer de un servicio de calidad adecuado.
De momento os salió gratis, pero lo barato sale caro, y esto se notará cuando vuestros clientes se vayan y debáis bajar precios al no tener una diferencia en la calidad del servicio y atención al cliente frente a otras operadoras, convirtiéndoos en una operadora más.
Como os he indicado en mensajes anteriores, os exijo, como cliente, que llevéis vosotros mi reclamación al área de defensa del cliente, ya que es otra ventanilla de vuestra propia casa. Si ya tenéis mi reclamación como Telefónica, igual que la tramitáis al Departamento de Reclamaciones, tramitadla vosotros mismos a la defensa del cliente. Ya os dije que no me vais a hacer dar más vueltas por vuestra casa; estoy harto de enviar correos sin respuesta alguna, de hacer llamadas inútiles y de recibir mensajes repetitivos que solo lamentan la situación con respuestas educadas pero vacías. No os leéis mi reclamación y os quedáis exclusivamente con la devolución de mi dinero por los 8 días de una avería mal diagnosticada.
Ya os dije en anteriores mensajes que, si tengo que ir a algún sitio, será a la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones.
Por cierto, ira, enfurecimiento, indignación, enfado, cólera, rabia, furia, irritación, exasperación y resentimiento describen mucho mejor mi estado con vuestras tortuosas actuaciones que las palabras que usáis vosotros, como inconvenientes o molestias ocasionadas.
No es lo mismo decir que algo nos ha ocasionado una molestia a decir que nos ha enfurecido o indignado.
Hace años me fui de Telefónica para ahorrar dinero en mi recibo mensual y, al final, decidí volver pagando mucho más por necio, ya que creí, iluso de mí, que seguíais teniendo una resolución rápida de incidencias y un magnífico servicio de atención al cliente. Terrible ignorancia la mía al tomar esa decisión.