Casos de uso del nuevo servicio de certificación documental basado en blockchain
Solución para la trazabilidad absoluta de la información sensible de las empresas
Editado 16-10-2023 13:59
La Web3 supone una nueva evolución en Internet que busca descentralizar la web y empoderar a los usuarios. Web3 se basa en la tecnología blockchain y emplea otras nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la realidad virtual. Las empresas que comprendan y sepan aprovechar la Web3 podrán obtener ventajas competitivas en este nuevo paradigma.
Las nuevas tecnologías no paran de multiplicarse, crecer y mejorar sus prestaciones. En la actual revolución digital, Internet destaca como una de sus herramientas más sobresalientes. Internet se encuentra en constante evolución y, más allá de los continuos cambios en sitios web, el código sobre el que se construye la red varía constantemente. La Web3 representa lo que está por venir y el propio futuro de Internet.
La Web 3 representa la tercera generación de Internet. Web3 es un término acuñado por el informático Gavin Wood y alumbra una nueva Internet descentralizada basada en cadenas de bloques (blockchain) y que supondrá un control comunitario de la red.
La Web3 significaría la irrupción de redes gestionadas por sus usuarios en vez del actual modelo centralizado en el que un reducido grupo de corporaciones controla Internet.
La Web3 es apenas un esbozo del futuro de Internet. De hecho, es un concepto apenas conocido por el público. Una encuesta realizada en 2022 por Harvard Business Review, reveló que 7 de cada 10 de los más de 50.000 encuestados desconocían qué era Web3.
Aunque la Web3 es todavía un futurible, sí podemos apuntar algunas de sus características que la definen.
Para llegar a la posibilidad de la Web3, tuvo que producirse primero el desarrollo de sus versiones anteriores, Web1 y Web 2. ¿En qué consisten?
La Web1 es la primera versión de Internet, realizada a través de los “protocolos abiertos” en los años 90 y principios de 2000. El uso de Internet era muy básico: leer páginas web y chatear de forma sencilla. Luego las empresas empezaron a utilizar Internet de forma más avanzada, desarrollando el comercio electrónico.
La Web2 surge con empresas como Facebook o Twitter, que permiten que los usuarios creen sus propios contenidos. Pese a esta apariencia de “democratización”, estas compañías se nutrían de los datos y actividad de estos usuarios, que vendían a los anunciantes. En este contexto es donde parece desarrollarse la Web3.
Así, mientras en la Web2 el control de datos y contenidos está centralizado en las empresas tecnológicas, en la Web3 los usuarios tendrían el poder de controlar su propia información sin intermediarios. La tecnología de esta evolución de la red está diseñada para que las transacciones (de datos, información o dinero) se realice si se cumplen unos criterios determinados y se verifican los datos. Web3 podría suponer una revolución en la que cambiaría incluso el funcionamiento de las empresas que usan Internet.
Aunque la similitud de los nombres pueda hacer creer que Web3 y Web 3.0 son lo mismo, realmente se refieren a conceptos diferentes. La Web3, como apuntábamos, se basa en la tecnología blockchain para crear un Internet más descentralizado y con una mayor independencia y control del usuario.
La Web 3.0, también conocida como “web semántica”, pretende hacer de Internet una herramienta más inteligente en el que las búsquedas online sean más precisas y las aplicaciones puedan comprender mejor el contexto de la información.
Ambas “visiones” tienen objetivo y tecnologías diferentes y pueden coexistir a la vez en Internet.
La Web3 es un escenario que está por llegar, como decíamos. Su irrupción tendrá consecuencias notorias para las empresas. Las implicaciones de la Web3 para las empresas, especialmente las pymes, son significativas. Entre ellas, se encuentran:
Estos son algunos de los beneficios y oportunidades que pueden aprovechar las empresas y especialmente las pymes en la posible irrupción de la Web3. Sin embargo, la adopción de la Web3 también plantea algunos desafíos, especialmente en lo relativo a su regulación. Las empresas deberán cumplir las leyes que se planteen en lo relativo a criptomonedas y al desarrollo de la tecnología blockchain.