Creo que Movistar se ha equivocado de pleno con el nuevo porfolio de Fusión, pues los usuarios no necesitamos permanencias encubiertas ni un catálogo de terminales limitado y de elección forzosa. Personalmente, creí que Movistar iba a seguir la senda abierta hace unos años, cuando se anularon las permanencias en todos lo servicios y comenzó a dársele mayor libertad a los usuarios. Sin embargo, no solo se dan pasos atrás, sino que además el catálogo de servicios es enorme, cada vez más confuso y draconiano, Movistar se está convirtiendo en un mastodonte enorme, toda ella llena de marcas, complementos y ofertas del siglo pasado.
Fíjense en las grandes tecnológicas de hoy en día (Apple, Tesla), porque van justo en el sentido contrario. Ofrecen un puñado de buenos productos muy afinados, con opciones de configuración a medida en función de las necesidades de cada cliente y una apuesta decidida por dos principios: sencillez y modularidad. Los usuarios de Movistar no reclamamos paquetes cerrados, sino todo lo contrario: opciones abiertas, algo que Pedro Serrahima siempre entendió a la perfección y que aplica con gran solvencia en O2.
Movistar debería simplificar su servicios. Unificar sus marcas de Tuenti y O2. Reducir la sección de empresas a una opción de facturación dentro de su catálogo general de servicios. Deshacerse de los servicios de alarmas y salud (para eso, mejor una empresa especializada o una mutua), de los servidores de correo electrónico o almacenamiento en la nube (ya hay otros infinitamente mejores), de emoción (ningún valor para el cliente), del buzón de voz (con las notas de voz de las apps de mensajería, ¿esto ya para qué?), de los mensajes dictados. Liquidar tecnologías obsoletas como el decodificador (¿en la era de las televisiones inteligentes, las apps y el streaming en 4K? ¿en serio?), o complementos como el de segunda residencia (cuando con un módem 5G y una tarifa infinita se suple con creces).
Y, una vez hecho esto, plantear una oferta modular, sencilla, unívoca, basada en lo que siempre ha sido su negocio: las telecomunicaciones. Esto es: fijo, móvil, internet y televisión de pago. Sin paquetes, ni múltiples tarifas, ni un caos absoluto para el consumidor.
-Fijo. 10 €/mes. Con llamadas ilimitadas a otros fijos, 0,20 €/min. en llamadas a móviles e identificación de llamada incluida. Sin más servicios añadidos.
- Fibra 300Mbps - 1Gbps (15-30 €/mes ). Con Conexión Segura incluida.
- Móvil 10 GB /Tarifa infinita (15-30 €/mes). Llamadas ilimitadas. Servicio MultiSim (5 €). Bonos de 1 GB para tarifa de 10GB (1 €). Aviso de llamadas perdidas por sms.
- Televisión con #0 y 80 canales, basada en aplicaciones para dispositivos inteligentes (8 €, gratis para clientes de otros servicios de la compañía). Posibilidad de contratar contenidos suplementarios de Fútbol, Champions, Deporte, Series, Cine o Netflix (10 €/servicio).
Y ya está, tan sencillo como eso. Sin paquetes. Sin permanencias. Servicios modulares, y que cada cliente escoja los que desee. Esto, señores, es como debería ser la Movistar del siglo XXI, pero lo del porfolio y los móviles incluidos me lleva irremediablemente a finales del XX.
